Deliciosos centros de dona con cajeta

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Ingredientes

  • 270 ml de leche
  • 50 gram de azúcar
  • 8 gram de levadura seca
  • 140 gram de mantequilla sin sal
  • 2 huevos batidos
  • 500 gram de harina
  • 2 gram de sal
  • Aceite para freír
  • 5 cdas. de azúcar morena
  • 1 cda. de canela

Preparación

  1. Entibia la leche. Añádele el azúcar y la levadura, disuelve perfectamente y reserva.
  2. Calienta la mantequilla, agrega los huevos y bátelos con el aditamento de gancho en velocidad baja. Combina la sal y harina, añádelas poco a poco a la batidora. Integra los lados de la batidora con una miserable y cuando esté totalmente integrada, bate cinco minutos más. Transfiere a un tazón aceitado la bola y cúbrela con plástico. Repósala por seis horas en el refrigerador.
  3. Pasado el tiempo, trabaja la mezcla en una mesa enharinada, estírala hasta lograr un grosor de tres centímetros.
  4. Córtala con un cortador de galletas en trocitos. Colócalos en charolas y repósalas por una hora en un lugar tibio.
  5. Mientras tanto, mezcla la cajeta con la leche. Al hervir, baja la flama y mantén caliente la mezcla.
  6. Calienta el aceite. Fríe los trocitos que dejaste reposar hasta que doren y resérvalos en papel absorbente. Mezcla el azúcar con la canela. Rueda los centros en esta mezcla. Para servir, vierte la mezcla de cajeta sobre los centros.

Las donas son un bizcocho que difícilmente podemos rechazar. Pero comer su centro...mmm ¡es imposible aguantarse! Por eso te traemos estos centros de dona con cajeta, la botana dulce ideal. Te interesa: Besos de nuez, aprende a prepararlos fácilmente

El redondo origen de las donas

La dona, también llamada rosquilla, pudo haber tenido su origen en Holanda, a mediados del s. XIX. Sin embargo, no eran tal y como las conocemos ahora. Estas eran simplemente bolas de masa frita en grasas de cerdo que se doraban. Eso sí, se preparaban con diferentes rellenos hechos de fruta o diversas nueces. Cuando los holandeses empezaron a emigrar a los Estados Unidos, llevaron sus olykoeks (donas) a su nuevo hogar. Sin embargo, este bizcocho tenía un problema que lo hacía menos atractivo para consumirse: su centro no lograba cocerse adecuadamente, por lo que quedaba crudo. Hansen Gregory, un capitán de barco estadounidense, tuvo una gran idea: tomó los bizcochos y les perforó un agujero en el centro de la bola de masa. Gracias a este orificio, el centro pudo lograr su cocción perfecta. Estos bizcochos se hicieron muy populares y a partir de ese momento las panaderías copiaron la idea, haciendo de las donas uno de los panes más populares del mundo entero. Si estos centros de dona te gustaron, atrévete a probar más recetas de donas

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Editora Digital Lic. en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM, con experiencia en tradiciones orales, gastronomía y cultura mexicana.
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