Hay una tradición casera muy divertida que a los niños les encanta: los huevos de Pascua. Debido a que nos seguimos cuidando y quedando en casa, es la ocasión perfecta para prepararla y pasar un día muy divertido.
Para que te animes a realizarla con tu familia, te contamos la historia de esta tradición y cómo pintar unos divertidos huevos de Pascua. ¡Sigue leyendo!
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La historia del conejo y los huevos de Pascua
El conejo de Pascua es uno de los símbolos de la Semana Santa , especialmente en países anglosajones, donde es típico regalar huevos decorados a niños y amigos durante la Pascua. Estos, a modo de juego, se esconden por los rincones de la casa para que los niños los busquen y, al encontrarlos, se lleven como premio alguna golosina, y se queden los huevos encontrados como trofeo.
¿Pero qué relación tiene el conejo de Pascua con los huevos?
Este era un símbolo de fertilidad de las culturas anglosajonas pre-cristianas, y se asociaba a la diosa Easter, a quien se le dedicaba el mes de abril y las fiestas de la primavera .
Con el paso del tiempo, el conejo se adaptó a la Semana Santa, debido a una leyenda asociada a la resurrección de Cristo:
Cuando metieron a Jesús en el sepulcro que había preparado José de Arimatea , no se dieron cuenta de que en la cueva había un conejo escondido que, muy asustado, veía cómo la gente entraba, lloraba y estaba triste.
El conejito se quedó contemplando el cuerpo de Jesús, quedando encerrado en la cueva. Sin embargo, al tercer día, la pequeña criatura vio algo sorprendente: cómo Cristo volvía de la muerte, y cómo un ángel movía la roca con la que habían tapado la cueva para que pudiera salir.
Entonces, el conejo comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que comunicar la noticia a todas las personas que estaban tristes por su muerte.
Sin embargo, siendo sólo un pequeño conejo, no podía hablarle a los humanos y decirles la buena noticia, por lo que decidió pintar unos huevos con colores alegres y dejarlos en diferentes lugares para que la gente los encontrara.
Las personas entenderían el mensaje de vida y alegría que representaba el huevo, y sabrían que Jesús estaba vivo.
Fue así como nació la tradición de pintar y ocultar huevos. Y a partir del siglo XIX, se popularizó el conejo de chocolate y azúcar en Alemania. Es más, se convirtió en una de las figuras favoritas de los pasteleros.
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Pinta tu propio huevo de Pascua
- Para decorar los huevos, necesitas conservar los cascarones de huevo los más completos posibles. Puedes hacer un pequeño agujero en el coquito del huevo para sacar la clara y la yema, y posteriormente lavarlos con mucho cuidado.
- Te recomendamos usar huevos blancos para que los colores de las pinturas luzcan mejor.
- Saca tu lado más creativo: usa pinturas vegetales, diamantina, e incluso listones. ¡Los materiales y tu imaginación es todo lo que necesitas!
- Puedes rellenar los huevos con dulces pequeños o gomitas, o si prefieres, comprar conejos de chocolate y darlos como premio a los niños cuando encuentren los huevos.
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