La cuna de Moisés es una de las plantas más bellas que decoran las casas mexicanas, sus pétalos blancos y su espádice o inflorescencia color amarilla, así como sus grandes hojas verdes. Es ideal para tenerla en el interior del hogar y llenar de vida los espacios de la vivienda.
Esta planta es originaria de América Central y Sudamérica, donde crece en zonas húmedas y sombreadas. Su nombre científico es Spathiphyllum wallisii y pertenece a la familia de las Araceae, que incluye otras plantas como el anturio y el filodendro.
¿Por qué se llama cuna de Moisés?
El nombre común de cuna de Moisés se debe a que sus flores blancas tienen forma de espata, que es una especie de bráctea o envoltura que protege la inflorescencia. Esta espata recuerda a la canasta de mimbre en la que la madre de Moisés colocó a su hijo para salvarlo de la orden del faraón de matar a todos los niños hebreos. Otra versión dice que el nombre se refiere a la forma de las hojas, que parecen pequeñas cunas o barcas.
La planta tiene varios significados y simbolismos en diferentes culturas y situaciones. Por lo general, se le asocia con la paz, la inocencia, la pureza, la esperanza, la prosperidad y la curación. También se le considera un signo de simpatía, longevidad, belleza, renacimiento, castidad o virtud. Según el arte oriental del Feng Shui, la cuna de Moisés ayuda a purificar el ambiente, eliminar las energías negativas y armonizar la energía de un lugar.
¿Cómo salvar tu planta cuna de Moisés y hacerla florecer?
Revisa el estado de la planta. Si ves que las hojas están amarillas, quemadas o caídas, puede ser que la planta esté recibiendo demasiada luz solar directa, poca humedad o riego excesivo. Intenta cambiar la ubicación de la planta a un lugar más sombreado y ventilado, y ajusta la frecuencia y cantidad de agua que le das.
Elimina las partes dañadas de la planta. Corta con unas tijeras limpias y afiladas las hojas y flores marchitas, secas o enfermas. Esto ayudará a la planta a concentrar su energía en las partes sanas y a prevenir la propagación de plagas o enfermedades.
Aplica un abono ecológico. Puedes usar un fertilizante líquido o granulado específico para plantas de interior, siguiendo las instrucciones del fabricante. El abono le proporcionará a la planta los nutrientes que necesita para recuperar su vigor y belleza. La época ideal para abonar la planta es en verano o principios de primavera.
Trasplanta la planta si es necesario. Si ves que las raíces de la planta salen por los agujeros de drenaje de la maceta, o que el sustrato está muy compactado o desgastado, es hora de cambiar la planta a una maceta más grande. Elige una maceta que tenga al menos 3 centímetros más de profundidad que la anterior, y usa un sustrato ligero y rico en materia orgánica. Asegúrate de que la maceta tenga buen drenaje para evitar el encharcamiento.
Elimina los insectos y los ácaros. Son pequeños y verdes que se alimentan de la savia de las hojas y de las flores, para erradicarlos puedes rociar la planta con una mezcla de agua y jabón neutro, o usar un insecticida ecológico.