Por su belleza y resistencia, las suculentas son una excelente opción para decorar tu hogar. Cuidarlas puede parecer sencillo, pero las suculentas requieren de un trato especial que no debes pasar por alto. Existen errores comunes que se pueden evitar fácilmente.
1. Cuidado con el agua
Las suculentas provienen de entornos áridos y desérticos, por lo que están acostumbradas a recibir poca agua y a almacenarla durante largos periodos. Por este motivo no es recomendable regar una suculenta con demasiada frecuencia, pues se corre el riesgo de ahogarla.
Riégala una vez cada dos semanas en temporada de frío y una vez a la semana en temporada de calor, pero recuerda que cada planta es distinta y requiere atenciones diferentes.
2. Deja que fluya
Así como hay que medir la cantidad de agua de tu suculenta, también es importante prestar atención a su drenaje. Una maceta muy apretada no permitirá que el agua fluya correctamente, y causará un estancamiento que puede dañar a la suculenta. Para que ésta crezca sanamente, debe poder drenar bien el agua que recibe.
3. La luz justa
Aunque las suculentas necesitan mucha luz, un error común es exponerlas directamente al sol por un largo tiempo. Busca un lugar fresco pero bien iluminado con luz indirecta para tu suculenta, así evitarás que se queme con la radiación solar. Es importante que reciba luz natural y no sólo artificial para que obtenga los nutrientes que necesita.
4. La tierra adecuada
Las suculentas no necesitan un sustrato especialmente rico para proliferar. Es verdad que requieren de la tierra para mantenerse fuertes, pero un suelo muy cargado de nutrientes puede hacerles más mal que bien. Por eso es recomendable que plantes tu suculenta en un sustrato base arena o en tierra para cactus.