PROFECO te ayuda a identificar qué jamón sí es jamón y no un embutido cárnico

Aprende a elegir con la orientación de los expertos, PROFECO alerta de que muchos jamones no cumplen con los lineamientos requeridos, por lo que son en realidad embutidos cárnicos y no jamón auténtico.

PROFECO revela que muchos jamones son embutidos cárnicos y no jamón de verdad

Identifica qué jamones sí son jamones y no embutidos cárnicos

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En su más reciente edición de Julio 2025 la Revista del Consumidor realizó un estudio sobre los jamones en el mercado mexicano y esto fue lo que sucedió:

En un análisis de 40 productos etiquetados como jamón y reveló que 13 no cumplen con la NOM‑158‑SCFI‑2003, por lo que son en realidad embutidos cárnicos y no jamón auténtico.

Saber elegir el jamón correcto evitará que comas embutidos cárnicos

El abuso en el consumo diario de embutidos cárnicos podría elevar tu presión

sergeyryzhov/Getty Images/iStockphoto

¿Qué es un embutido cárnico y cómo se diferencia del jamón?

  • Un jamón (de cerdo o pavo) tiene que ser elaborado con pierna trasera de cerdo o muslo de pavo, y cumplir niveles estrictos de proteína, grasa, fécula y aditivos establecidos en la norma.
  • Un embutido cárnico puede contener mezclas de carnes (pollo, pavo, cerdo), pastas cárnicas, más soya o fécula, y no está regulado por esa norma .
  • Nutricionalmente, los embutidos cárnicos aportan menos proteína, más agua, sal y aditivos, lo que los hace menos saludables.

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Esto es lo que le sucede a tu salud si consumes más de 50 g diarios de embutidos cárnicos

Elevan tu presión arterial: muchos embutidos cárnicos contienen niveles de sal mayores a los declarados, pudiendo elevar la presión arterial.

Generan enfermedades cardiovasculares y cáncer: debido a los aditivos nocivos que contienen como nitritos, fosfatos y colorantes pueden influir en el riesgo de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer .

NOTA: La OMS recomienda no superar los 50 g diarios de carne procesada (incluidos los embutidos) debido a su asociación con enfermedades crónicas.

Es hora de checar las etiquetas para saber identificar los que sí son jamones buenos:

1. El nombre comercial debe decir “jamón de cerdo”, “jamón de pavo” u otro tipo específico. Si es “embutido cárnico”, “producto cárnico” o “cocido de pavo/cerdo”, no es un jamón real.
2. En los ingredientes solo debe listar carne de cerdo o pavo, agua, sal, quizá nitritos/fosfatos. Sin féculas ni proteínas vegetales en exceso.
3. En las proporciones: Jamón extrafino/fino debe tener ≥16 % proteína libre de grasa y ≤5 % fécula; comercial/económico ≥10 % proteína y ≤10 % fécula.
3. En la textura y apariencia debe lucir firme y fibroso, no brillante o como masa prensada, común en embutidos cárnicos.
4. En la tabla nutrimental, revisa que los valores de sodio, grasa y proteína coincidan con lo declarado. Etiquetas engañosas fueron detectadas en 13 productos.

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