La cocina es nuestro laboratorio. En ella experimentamos, descubrimos y nos fascinamos combinando sabores. Esto hace que la cocina puede convertirse en un lugar caótico, en el que los ingredientes y utensilios se encuentren dispersos y sin orden. ¿Cuáles son las ventajas de una cocina organizada y cómo lograr que se preserve en buen estado?
Una cocina ordenada
Desde no poder encontrar lo que necesitamos hasta albergar suciedad y animales indeseables, una cocina sin orden presenta varias desventajas. Afortunadamente, poner orden no es tarea difícil si se siguen estos pasos.
Lo que sirve y lo que no
El primer paso requiere un ojo crítico y una mente fría, pues deberás buscar la mayor practicidad en tu cocina. Revisa todo lo que hay en ella, desde el mobiliario hasta los ingredientes. Seguramente hay objetos que ocupan espacio, pero que no usas con frecuencia. ¿De qué te puedes deshacer?
Cada cosa en su lugar
Cuando hayas seleccionado con lo que te quieras quedar, deberás encontrar un hogar para cada cosa. Es recomendable que guardes todo según su uso, agrupando “familias” de objetos: ollas con ollas, sartenes con sartenes, frascos con frascos…
Una cocina fluida
¿Qué necesitas tener más a la mano? ¿Qué puedes guardar hasta el fondo de un cajón? Puede ser buena idea instalar alacenas o repisas donde puedas almacenar lo que no uses frecuentemente. Toma en cuenta los lugares más y menos cómodos para acceder y asegúrate de no dejar las cosas muy apretadas para permitirte acceder a ellas fácilmente y devolverlas a su lugar cuando hayas terminado de usarlas.
Crea áreas específicas
Ahora que el orden ha llegado a tu cocina, debes pensar en cómo mantenerlo. Una forma fácil es creando áreas especiales para cada una de las actividades que allí realizas. Así sabrás que, por ejemplo, la basura se tira siempre en el mismo lugar, que puedes picar y cortar en un sitio específico, y que los trastos sucios y limpios no estarán juntos.
¿Qué problemas te ha traído tener una cocina desorganizada? Te leemos en nuestras redes sociales.