Trastornos de la conducta alimentaria

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Causas y efectos de la anorexia y la bulimia

Los trastornos alimentarios han aumentado de manera alarmante en los últimos años. Son más frecuentes en las adolescentes, aunque cada vez más se observan casos en mujeres de otras edades y en los hombres.

Las personas con anorexia tienen un miedo anormal a engordar y una distorsión en la forma en que perciben su imagen corporal, lo que las lleva a dejar de comer hasta llegar a la inanición. Las personas con bulimia también están obsesionadas con mantener su peso y tratan de restringir el consumo de alimentos de manera que terminan en una urgencia física de llenarse excesivamente. Comen en grandes cantidades y luego lo compensan con conductas anómalas como vómito provocado, uso de laxantes o dietas muy severas.

La anorexia y la bulimia son enfermedades complejas que se originan por una conjunción de múltiples factores como la influencia de los medios de comunicación y la imagen de las mujeres muy delgadas como el ideal de belleza, felicidad y éxito.

La vigorexia y el trastorno de comer compulsivamente son otros dos padecimientos que se ven con más frecuencia. La vigorexia es más común en hombres y se caracteriza por una deformación en la percepción de la imagen corporal en donde el sujeto se cree ver demasiado delgado y pasa horas ejercitándose en el gimnasio para ganar más músculo.

El trastorno de comer compulsivamente es más ocurrente en mujeres y consiste en el consumo desenfrenado de alimentos después de un evento desencadenante con sentimientos de culpa.

Anorexia

Afecta sobre todo a adolescentes en proporción de 10 mujeres por cada hombre. Aparece entre los 11 y los 17 años, momento de cambios físicos importantes y de mayor sensibilidad a presiones sociales y culturales. En un principio, una persona con anorexia tiene hábitos alimentarios “raros” y rechaza de manera importante, e incluso caprichosa, alimentos que considera que engordan como arroz, pan, pasta, dulces, etc. Por lo general, realizan una actividad física y quizá abusan de laxantes o diuréticos y, en ocasiones, vomitan voluntariamente. Estas alteraciones en la conducta van encaminadas a la pérdida de peso, hecho que logran muy rápido. Si no se interviene clínicamente, aparecen problemas graves de salud como alteraciones en la función del corazón, los riñones y el sistema inmunológico; anemia, deshidratación, desaparición de la menstruación, sensibilidad al frío, empleo de los músculos como fuente de energía, degradación de uñas y cabello, estreñimiento o diarrea, dolores abdominales y osteoporosis. Finalmente, la anorexia puede llevar a la muerte.

La alteración en la percepción de su imagen corporal y la negación del peligro que implica tener un peso por debajo de niveles saludables es la principal característica. Es común que tanto el enfermo como su familia sean reacios al tratamiento, se necesita gran habilidad para convencerlos de que requieren y acepten ayuda profesional (psicoterapia, asistencia médica y nutricional).

Bulimia

Las personas con bulimia generalmente poseen un peso cercano a lo normal, pero tienen miedo de aumentarlo y se valoran de acuerdo a lo que piensan de su cuerpo. Al igual que en la anorexia, los bulímicos tienen problemas psicosociales, no pueden tolerar la frustración y “amortiguan” sus sentimientos comiendo compulsivamente y después vomitando el alimento o abusando de laxantes. Una característica psicológica es la culpa respecto al ciclo de “atracones” y la purga, que hacen en secreto. Algunos bulímicos han sido obesos o anoréxicos en cierta etapa de su vida.

Las complicaciones del vómito provocado incluyen daño en los labios y dientes, inflamación de la faringe y el esófago y rotura de vasos sanguíneos de la cara. El abuso de laxantes causa hemorragias rectales, deshidratación, daño en los riñones y deficiencia de calcio.

Vigorexia

Se considera el reverso de la anorexia ya que las personas siempre se ven demasiado delgadas y débiles y hasta hace algunos años era casi desconocida. Afecta más a hombres que a mujeres. Algunos estudios indican que este trastorno suele acompañarse de ansiedad o depresión. Los afectados dedican mucho tiempo a ejercitarse para ganar masa muscular con el objetivo de obtener un cuerpo que asocian con el éxito y la salud. Consumen grandes cantidades de alimentos ricos en proteínas, complementos alimenticios y a veces, sustancias anabólicas peligrosas que aumentan la masa muscular pero provocan daños a la salud. La vigorexia no es un trastorno de la conducta alimentaria propiamente dicho, pero tiene en común la distorsión de la imagen corporal aunque en sentido inverso.

Comer compulsivamente

Se caracteriza por el consumo en exceso de alimentos tras una situación que desencadena sentimientos de culpa. Un enfermo así puede consumir de 15,000 a 20,000 calorías en una “sentada”, cuando lo habitual son 1,500 ó 2,000 calorías. Si estos “atracones” se presentan mínimo dos veces por semana durante seis meses, significa que la persona tiene el problema. Es frecuente entre quienes han realizado múltiples dietas y por lo general son obesos.

Tratamiento

En todos los casos es necesario iniciar con psicoterapia individual y familiar tan pronto se manifieste la enfermedad. La valoración por un médico es indispensable para conocer el estado de salud de la persona y con base en ello trazar un tratamiento de acuerdo a las necesidades del paciente. Si la persona se encuentra en un estado avanzado de la anorexia o la bulimia, será necesaria su hospitalización.

La atención por parte de un nutriólogo consiste en ayudar al enfermo a cambiar sus ideas respecto a los alimentos y se realiza a un ritmo que sea aceptable para el paciente. Esto depende de los resultados de la psicoterapia; si en un tiempo prudente no se logra que el paciente coma alimentos, entonces, se requiere proveerle alimento vía intravenosa en un hospital.

Es muy importante que la persona afectada acepte su enfermedad y que toda la familia se integre en el esquema de tratamiento y tengan un seguimiento (que puede durar varios años) para evaluar los factores e identificar los resultados. Desgraciadamente, en la mayoría de los casos, estos problemas no se detectan a tiempo o no se quieren “ver” y tanto los pacientes como sus familiares son muy reacios al tratamiento. Por esta razón se debe acudir con un grupo multidisciplinario que tenga experiencia en el tratamiento de este tipo de trastornos.

Recomendaciones

• Ante la sospecha de que algún familiar o amigo padezca un trastorno alimentario, tratar de convencerlo para que acuda al médico para que le haga una evaluación.

• Es importante que el tratamiento lo lleven acabo profesionales con experiencia en dichos problemas. Hay clínicas especializadas con tratamientos multidisciplinarios.

Conclusión

Las personas que padecen algún trastorno de la conducta alimentaria casi siempre enmascaran sentimientos de inseguridad u otro desequilibrio emocional, por lo que el tratamiento debe hacerse por un equipo multidisciplinario (psicoterapeuta, psiquiatra, endocrinólogo, ginecólogo y nutriólogo) ya que estos especialistas establecen distintos objetivos en diferentes etapas.

La cura se basa en la detección temprana, la coordinación entre los médicos implicados, el seguimiento del tratamiento por parte del paciente y el apoyo familiar.

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Editora Digital Lic. en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM, con experiencia en tradiciones orales, gastronomía y cultura mexicana.
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