En los últimos años, los alimentos fermentados como yogur, kefir, kimchi, sauerkraut o kombucha han ganado popularidad entre nutriólogos y especialistas. Pero ¿por qué? Estudios recientes han confirmado que integarlos a tu dieta aporta varios beneficios clave para la salud.
1. Refuerzan la microbiota intestinal
Los alimentos fermentados contienen probióticos, microorganismos vivos que mejoran el equilibrio de la flora intestinal. Harvard explica que los segundos alimentos que mejoran tu microbioma son aquellos con cultivos activos como el kimchi o el yogur. Además, un estudio de Stanford con 10 semanas de dieta rica en fermentados mostró un aumento notable en la diversidad microbiana y una reducción de marcadores de inflamación.
2. Mejoran la digestión y ayudan con molestias intestinales
Gracias a las bacterias activas y enzimas producidas durante la fermentación, los alimentos fermentados facilitan la digestión y alivian síntomas como gas, hinchazón o estreñimiento. Según Healthline, son útiles especialmente en trastornos como el síndrome del intestino irritable.
3. Fortalecen el sistema inmunológico
La microbiota intestinal está estrechamente ligada a nuestro sistema inmunitario. Los alimentos fermentados pueden mejorar la defensa contra infecciones y modular inflamaciones crónicas . Harvard también señala que ayudan a mantener alejados a microorganismos dañinos.
4. Aumentan la absorción de nutrientes
La fermentación involucra enzimas que reducen antinutrientes presentes en cereales y legumbres, potencialmente aumentando la disponibilidad de minerales como hierro, calcio o zinc.
5. Promueven bienestar mental y metabólico
Existen indicios de que mejorar tu microbioma con alimentos fermentados puede influir positivamente en el estado de ánimo y en procesos metabólicos, incluyendo la regulación de glucosa y peso.
¿Cómo incluir alimentos fermentados en mi dieta?
- Incluye 1–2 porciones al día: un vaso de kefir o yogur, unas cucharadas de kimchi o sauerkraut.
- Busca versiones “naturalmente fermentadas” con cultivos vivos y activos.
- Si los haces en casa, asegúrate de seguir las instrucciones de higiene y fermentación para evitar contaminación.