La alimentación consciente o mindful eating surge del mindfulness —una forma de atención plena— y propone transformar nuestra relación con la comida, no imponiendo dietas sino promoviendo hábitos saludables y placenteros.
¿Qué significa realmente comer con consciencia?
Mindful eating es prestar atención plena a cada bocado: observar el color, aroma, sabor, textura y sonido de la comida, reconociendo las señales internas de hambre y saciedad sin juzgar lo que comemos. Implica pausas antes de empezar a comer, masticar lentamente y elegir alimentos que nutran y satisfagan, sin prejuicios ni prisa.
Beneficios comprobados por la ciencia
- Menor ingesta impulsiva y emocional: reduce la comida por estrés, aburrimiento o ansiedad, promover autocontrol y calma.
- Mejor reconocimiento del hambre y saciedad, favoreciendo evitar excesos y comer con plenitud.
- Más bienestar psicológico: estudios indican mejoría en el estado mental, menos estrés y mayor satisfacción corporal.
- Alimentos más saludables: se ha observado que quienes practican alimentación consciente tienden a elegir más plantas y menos comida ultraprocesada.
¿Cómo practicar Mindful Eating?
Para iniciar este tipo de alimentación es indispensable escuchar a tu cuerpo. Respira antes de comer y cuestiona si realmente tienes hambre o si más bien estás comiendo por estrés o aburrimiento. Si te diste cuenta de que sí tienes hambre, come despacio y saborea cada bocado. Intenta estar presente con todos tus sentidos, reemplaza distracciones como la televisión por una descripción detallada de lo que estás comiendo. Una vez que tu cuerpo esté satisfecho, deja de comer; no comas de más ni de menos. Finalmente agradece por la comida en tu plato y por que tu cuerpo pueda comerla.
Más allá de lo espiritual que pueda parecer esta práctica, hay explicaciones biológicas y psicológicas por las que el mindful eating funciona: al comer más despacio, tu digestión es más lenta y hace que tu cuerpo pueda absorber los nutrientes de manera adecuada. Además, procesar la comida no sólo a través del paladar sino a través de la mente, ayudarán a tu relación con ella y a cuestionarte ¿por qué estoy comiendo esto? ¿Realmente me gusta este ingrediente o este platillo? ¿Cómo me hace sentir comer esta preparación en lugar de esta?
Aunque parezca sencillo, la comida consciente, como todo hábito, necesita tiempo para asimilarse e integrarse por completo a tu rutina. Por eso, te recomendamos incorporarlo una comida a la vez, quizás primero lo hagas al empezar al día con tu desayuno y avances hacia la comida y luego la cena. No importa cómo decidas iniciar, ¡queremos leerte en nuestras redes sociales!