¿Los lácteos son buenos o malos?
Alimento único, la leche ha sido durante mucho tiempo sinónimo de nutrición y equilibrio porque, a diferencia de otros alimentos, está verdaderamente diseñada para nutrir. Es perfecta para los recién nacidos y niños en crecimiento o desarrollo. También es una fuente rica en nutrientes esenciales, especialmente proteínas, azúcares, grasas, vitaminas A y B y calcio. De hecho, es valorada por estas dos características: abundancia en calcio y proteínas de calidad. En un vaso de 240 ml de leche entera de tu marca favorita encontrarás 148 Kcal con 7.9 gramos de proteínas, 8 gramos de grasas, 11.2 gramos de hidratos de carbono, 32.5 miligramos de colesterol y 268 miligramos de calcio.
¿BUENA O MALA?
Existen muchos aspectos positivos de la leche; sin embargo, es importante saber que los mayores beneficios se obtienen en etapas tempranas de la vida. En los adultos es útil el calcio para frenar la descalcificación de los huesos, pero en sí la clave no está en consumir altas cantidades, sino en una buena administración de este alimento en la dieta y, al mismo tiempo, mejorar las condiciones del consumo.
La leche en sí dificulta la absorción intestinal del calcio porque causa una excesiva producción de mucosa intestinal, lo que favorece el crecimiento de flora bacteriana y, en algunos casos, causa inflamación. Además, ¿sabías que los lácteos son los alimentos más alergénicos para el ser humano? Si no, fíjate a tu alrededor: la intolerancia a la lactosa es una enfermedad cada vez más común.
CONSECUENCIAS VACUNAS
Consumir lácteos en edad adulta puede producirnos diferentes síntomas, entre ellos, la intolerancia a la lactosa. Ésta se genera cuando el intestino delgado es incapaz de digerir esta sustancia (el azúcar presente en la leche de vaca y sus derivados). Se debe a que no se produce suficiente cantidad de lactasa, la enzima encargada de metabolizar esta peculiar sustancia. También se ha comprobado que si hay una alta ingesta de productos lácteos en la dieta, se empieza a relacionar con enfermedades como diabetes, obesidad, cáncer y enfermedades cardiovasculares. Tiene mucho que ver la manera de alimentar al ganado en la actualidad porque en estos productos se encuentra un gran aporte de grasas y colesterol para el animal.
¡DECÍDETE!
No tienes que decirles adiós para toda la vida, sólo controlar su ingesta. Es importante incluir productos lácteos en tu dieta habitual, pero de manera inteligente. Si los eliges, deben ser light, reducidos en grasa, descremados y deslactosados, que encontrarás en el supermercado en diferentes versiones para que alguna de ellas se adapte a tu gusto personal y no te prives de ello.
También lee:
Los 5 alimentos más benéficos para ti
10 Reglas de oro para mantener tu salud y belleza