¿Quieres tener un mini árbol de mango en tu cocina? Con un poquito de paciencia y cariño, puedes germinar el hueso de un mango en una maceta. Ya sea que tú o alguien en casa ame los mangos, o que quieras darle un toque de vida a tu cocina, esta es la forma ideal de traer una de las frutas más populares hasta tu casa.
Lo que necesitarás:
- Un hueso de mango limpio, recién comido
- Un cuchillo para abrir el hueso
- Papel absorbente o paño húmedo
- Una maceta profunda (mínimo 40 cm) con buen drenaje
- Mezcla de tierra ligera
- Un lugar cálido y soleado (mínimo 6 horas de luz al día)
Guía para plantar un mango en casa
Paso 1: Extraer y preparar la semilla
Después de comer el mango, limpia el hueso y déjalo secar uno o dos días para hacer más fácil abrirlo sin dañar la semilla interior.
Paso 2: Germina la semilla
Envuelve la semilla en papel absorbente ligeramente húmedo y guárdala en una bolsa hasta que comience a germinar. También puedes plantarla directamente en tierra. ¿Recuerdas el experimento de los frijoles en algodón? ¡Esto es más o menos lo mismo!
Paso 3: Hora de ir a tierra
Llena la maceta con la mezcla de sustrato, haz un hoyo de 2 cm de profundidad y coloca la semilla con el brote hacia arriba, cubriéndola ligeramente.
Paso 4: Al principio…
Riega con cuidado para mantener la humedad, sin crear estancamientos de agua (¡se puede ahogar tu planta!). Colócala en un sitio cálido y soleado (donde al menos 6 horas de sol al día) para favorecer su crecimiento.
Paso 5: Trasplanta y cuida el crecimiento
Cuando la plantita alcance unos 15 cm y tenga varias hojas, trasplántala a una maceta más grande. Con el tiempo, aliméntala con composta y pódala para darle una forma equilibrada.
Pro-tip Cocina Fácil
- Usa la semilla de mango frescas, no refrigeradas, para una mejor germinación.
- Usa sustrato bien drenado.
- Asegura buena ventilación si la planta está en interior, para evitar hongos.
No vamos a mentirles, nosotras amamos los mangos. Plantarlos en casa es una forma increíble de darle un segundo uso a sus restos y crear un ambiente especial en tu cocina. Lo único que necesitas es una semilla, una maceta adecuada y un poco de luz.