Siempre que elegimos entre vinos podemos tener muchas características: entre ellas, dos de los opuestos más comunes son dulce contra seco. La diferencia principal entre un vino tinto dulce y uno seco está en el contenido de azúcar que queda después de la fermentación. Mientras que un vino seco posee un nivel de azúcar debajo del 1 %, un vino dulce tiene un nivel de azúcar mucho más alto (más de 3 %), lo que le da un sabor más dulce y una textura suave.
Un vino tinto dulce es un indispensable en cualquier cocina y también de los más comunes en obsequios, por lo que te traemos las mejores opciones para maridar esa botella que tienes guardada en la alacena.
1. Postres de chocolate y afrutados
Los tintos dulces sacan lo mejor de postres ricos en frutas ácidad o chocolate. Por ejemplo, un pastel de moras o un pay de ciruelas amplifican su sabor con la jugosidad del vino dulce. Por lo mismo, un buen postre hecho con chocolate oscuro —70 % cacao— hace pareja perfecta; combina las notas frutales con ese sabor intenso, sin que caiga en un exceso empalagoso.
2. Quesos intensos y sabores salados
¿Te gusta el queso fuerte? Los vinos tintos dulces funcionan muy bien con quesos azules o cremosos. La dulzura contrarresta la salinidad, creando un contraste delicioso en boca —suaves y vibrantes al mismo tiempo. También van bien con platos salados ligeros; su dulzor realza sabores sin opacarlos.
3. Carnes y guisos con sabor dulce-salado
No todo es postres y quesos: estos vinos también acompañan bien carnes adobadas, cerdo glaseado o guisos con matices dulces, como costillas barbecue o pollo al horno con miel. Su frescura ayuda a equilibrar la intensidad y la textura de estas preparaciones.
Pro tip: Peras al vino tinto
Si te sientes muy creativo, una opción para aprovechar ese vino tinto es preparar un clásico de la cocina europea que encanta por su sencillez: peras al vino tinto. Este postre es perfecto para una cena especial o una comida familiar ya que combina la suavidad de la fruta con el sabor profundo del vino. Para hacerla necesitas:
Tomar 4 peras Bosc peladas (deja el rabito si puedes) y colocarlas en una cazuela con una botella de vino tinto dulce (aproximadamente 1 litro), junto con 2 tazas de azúcar, una rama de canela, unos 5 clavos de olor y los cuartos de una naranja con piel; ponlo a fuego medio, tápalo y deja que las peras se cocinen durante unos 15–20 minutos, hasta que el almíbar se vuelva ligero y las frutas adquieran un tono rosado; luego apaga el fuego, enfría todo, refrigera y sirve frío.
Los vinos tintos dulces son versátiles y van bien con (casi) todo. Puedes combinarlos con postres con chocolate o fruta oscura, quesos intensos, platos salado-dulces e incluso preparar deliciosos platillos. ¿Cuál es tu combinación favorita? Te leemos en nuestras redes sociales.