El bacalao a la vizcaína es uno de esos platillos más populares en las mesas mexicanas esta temporada. Con su salsa profunda de jitomate, ajo, cebolla y aceite de oliva, es una receta intensa, aromática y llena de personalidad. Y como todo plato con carácter, merece un vino que esté a su altura: que complemente sus sabores sin opacarlos y que realce su complejidad natural.
A continuación te presentamos los vinos que mejor armonizan con este clásico navideño y que, además, son fáciles de encontrar en supermercados y tiendas especializadas.
¿Qué debe tener un buen vino para acompañar bacalao a la vizcaína?
La salsa vizcaína es muy marcada en sabor. El bacalao, por su parte, aporta salinidad y firmeza. Por eso, el vino ideal debe:
- tener acidez media-alta para equilibrar la grasa y la intensidad del guiso,
- ofrecer aromas frutales o florales que armonicen con el jitomate y el pimiento,
- evitar taninos excesivos, que pueden endurecer la combinación,
- ser fresco y expresivo.
Con eso en mente, aquí van las mejores elecciones.
Cómo preparar fácilmente un buen bacalao vizcaina
1. Vino blanco albariño: el acompañante perfecto
El Albariño, típico de Galicia, es una de las opciones más recomendadas para platillos con pescado salado y salsas a base de jitomate.
¿Por qué funciona tan bien?
- Tiene acidez brillante que limpia el paladar.
- Sus notas de cítricos, flores blancas y fruta de hueso equilibran la sal del bacalao.
- Es fresco, ligero y muy gastronómico.
Además, hoy es común encontrar vinos con este tipo de uva en supermercados grandes y a precios variados.
2. Verdejo: aromático y balanceado
El Verdejo español (sobre todo de Rueda) es otra excelente alternativa. Es un vino con notas herbales y cítricas, cuerpo medio, un toque refrescante que ayuda a contrastar la intensidad de la salsa.
El Verdejo funciona muy bien cuando quieres un vino blanco expresivo y fácil de beber, ideal para cenas familiares.
3. Sauvignon Blanc: seguro, accesible y siempre delicioso
Si buscas un vino fácil de conseguir, accesible y que rara vez falla, el Sauvignon Blanc es la elección.
Sus características lo hacen ideal:
- aromas herbales y cítricos que armonizan con el jitomate,
- acidez firme que contrasta la grasa del aceite de oliva,
- frescura y limpieza en boca.
Tanto los Sauvignon Blanc chilenos como los neozelandeses funcionan de maravilla, y suelen ser muy fáciles de encontrar.
4. Rosados secos: la opción intermedia
Si te gustan los vinos rosados, un rosado seco hecho de Garnacha o Tempranillo puede funcionar muy bien:
- aporta frescura,
- combina notas frutales con un cuerpo medio,
- armoniza con la intensidad del guiso sin competir con él.
Ideal para quienes buscan algo diferente sin arriesgar demasiado.
5. ¿Tintos? Sí, pero muy específicos
El maridaje con tintos puede ser más complejo, pero no imposible. Si prefieres vino tinto, busca:
- Tintos jóvenes, sin paso por barrica,
- Garnacha (tipo de vino tinto similar al Pinot Noir) ligera,
- Pinot Noir fresco y frutal.
La clave es evitar vinos potentes, tánicos o muy maderosos, ya que chocan con la salinidad del bacalao y la acidez del jitomate.
El bacalao a la vizcaína pide vinos frescos, aromáticos y con buena acidez. Puedes jugar con blancos clásicos como Albariño, Verdejo o Sauvignon Blanc, o darle un toque diferente con un rosado seco o un tinto muy ligero, que pueden funcionar si buscas algo distinto.
Lo importante es que el vino acompañe y equilibre el plato sin opacarlo. Y con estas opciones, tu cena tendrá un maridaje delicioso y acertado.