Parecería que comer con antojo está prohibido, pero todos hemos pasado por ese momento en el que el hambre no es solo hambre, sino esas ganas tremendas de “algo rico”, que por lo general en nuestra cabeza se traduce como una buena porción de papas fritas, una pasta cremosa o un postre cargado de azúcar.
La buena noticia es que no hay necesidad de ignorar esos antojos. Escuchar al cuerpo es importante, y con un poco de estrategia en la cocina, puedes darte gusto sin excederte ni sacrificar sabor. Aquí te damos algunas ideas para cuando se te antoja algo grasoso, frito, dulce o salado.
Algo grasoso
Cuando se te antoja algo con mucha grasa, normalmente tu cuerpo busca energía rápida o necesita una sensación de saciedad.
Lo que te recomendamos es algo con una grasa buena, como el aguacate, por ejemplo:
- Aguacate con huevo pochado en pan integral: Grasa buena, proteína y fibra.
- Tostadas horneadas con guacamole y semillas de girasol: Algo crujiente y cremoso en un solo bocado.
Evita embutidos procesados o frituras pesadas. Cambiar la fuente de grasa hace una gran diferencia.
Algo frito
Lo crujiente es adictivo, y lo frito tiene esa textura irresistible. Pero no necesitas encender la freidora para satisfacer el antojo.
Algunas alternativas caseras para este antojo que puede traducirse como una necesidad de zinc pueden ser algunas recetas con carne:
- Tiras de res salteadas con cebolla y pimientos: Rápidas, llenadoras y llenas de sabor.
- Bistec encebollado: Una fuente excelente de hierro y zinc, ideal cuando sientes una fatiga que no se va.
El secreto está en la textura. Una buena capa crujiente y dorada puede lograrse sin aceite en exceso o también usando la freidora de aire.
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Algo dulce
El azúcar puede ser un antojo tanto emocional como físico, además de una señal de tu organismo pidiendo magnesio. No hay nada de malo en disfrutarlo, pero con inteligencia.
Las opciones dulces y balanceadas con yogur o chocolate amargo pueden ser tu salvación:
- Yogur griego con miel y nueces: Sacia y aporta proteínas.
- Brownies de avena y cacao sin azúcar refinada: Perfectos para cuando necesitas un postre completo.
Evita los dulces ultraprocesados que solo generan más antojo al rato.
Algo salado
El antojo de sal muchas veces está relacionado con deshidratación, cansancio y falta de potasio. Pero también puede venir de lo emocional.
Estas ideas prácticas pueden reemplazar el antojo malsano:
- Palomitas de maíz caseras con aceite de coco y sal marina.
- Hummus con bastones de zanahoria o pepino.
Este tipo de snacks no solo calman el antojo, sino que nutren y llenan.
Comer con antojo también puede implicar comer bien
Tener antojos no es una señal de debilidad, es una parte natural del cuerpo humano. La clave está en cómo respondemos a ellos. Cocinar con intención, usar ingredientes reales y no castigar nuestras elecciones es parte de una relación sana con la comida.
Satisfacer un antojo no tiene que terminar en culpa. Puede terminar en un plato casero, lleno de sabor, y con todo lo que tu cuerpo y tu ánimo necesitan.